Los libros clásicos suelen constar de dos partes producidas por separado: el bloque de libro y la cubierta del libro, que deben estar firmemente unidos entre sí. La gasa de grapas - un tejido de algodón de malla ancha - se utiliza para reforzar el lomo del libro, para crear una conexión con la tapa del libro, para reforzar el pliegue o para sujetar el bloque del libro mediante un efecto de grapado.

Con la gasa laminada, la capa de papel evita que el adhesivo penetre en la superficie visible. La gasa laminada ("tela con bisagras") es significativamente más rígida que la gasa no recubierta y estabiliza incluso los bloques de libros muy gruesos y pesados cuando se pegan por detrás. La indicación 1-hilo / 2-hilos se refiere al número de hilos de urdimbre estrechamente adyacentes en el tejido. Cuanto mayor es el número de hilos de urdimbre en un tejido, más denso y duradero es. La gasa natural también puede ser utilizada con fines de diseño debido a su apariencia y su bajo precio.